lunes, 17 de octubre de 2011

Romanticismo

                                                              Caminante sobre un mar de tinieblas, de D. Friedrich

Anoche salí. Sobrevino súbitamente el deshielo y supe que el río se había salido de madre,... que la inundación era completa en mi querido valle. Me dirigí a él cuando rayaba la medianoche, y presencié un espectáculo aterrador. Desde la cumbre de una roca vi, a la claridad de la luna, revolverse los torrentes por los campos, por las praderas y entre los vallados, devorándolo y sumergiéndolo todo; vi desaparecer el valle; vi en su lugar un mar rugiente y espumoso, azotado por el soplo de los huracanes. Después, profundas tinieblas; después, la luna que aparecía de nuevo para arrojar una siniestra claridad sobre aquel soberbio e imponente cuadro.... Un extraño temblor y una tentación inexplicable se apoderaron de mí. 

Las aventuras del joven Werther, de Goethe.

ACTIVIDAD: Señale en el siguiente texto rasgos propios del Romanticismo. 

jueves, 6 de octubre de 2011

Lugar del crimen

Mas allá de la sombra
Te delatan tus ojos,
Y te adivino tersa,
Como un mapa extendido
De asombro y de deseo.
Date por muerta,
Amor,
Es un atraco.
Tus labios o la vida.

Luis García Montero

miércoles, 5 de octubre de 2011

leer o no leer

La aventura de leer

Los editores acaban de lanzar una campaña para fomentar la lectura. Hacen bien: al parecer, en este país sólo lee a diario un 18% de la población, mientras que todos los días se aceporran con la televisión el 84%. Y casi la mitad de los españoles mayores de 18 años jamás leen nada. Me pregunto sinceramente cómo se las arreglan para sobrevivir: sin los libros, la existencia se me antoja mucho más gris y más mezquina.

Este es un artículo apasionado. Una carta de amor a la literatura. Las novelas son como los sueños de la Humanidad: ponen palabras a lo que no tienen nombre, dan forma a ese rugiente magma que nos habita. No hay ningún libro, ningún autor imprescindible. Si Shakespeare, si Cervantes no hubieran existido, el devenir del mundo hubiera sido probablemente idéntico. Pero los libros, en su conjunto, sí son imprescindibles. Si se les impide soñar, las personas enloquecen: está comprobado. De la misma manera, si novelas, la Humanidad sería muchos más triste y más enferma.

Hay algo sustancial que nos une a la narrativa. Quizá sea, como dice Vargas Llosa, porque la novela pone un simulacro de orden en nuestras azarosas y caóticas existencias; porque restaña, por tanto, la herida del vivir, el mal oscuro. Pero no quiero ponerme trascendente: lo que sí sé es que las novelas me han dado muchas vidas. He visitado cientos de mundos, he sido dama victoriana, rey medieval y bucanero. He conocido el odio y el amor, la aventura y el vértigo.

Todos tenemos un libro que nos espera, de la misma manera que a todos nos aguarda un amor en algún sitio: la cosa es descubrirlo. Los que no disfrutan con la lectura son aquellos que no han encontrado aún ese libro, esa obra que les atraparía y les dejaría temblorosos y exhaustos, como siempre dejan las grandes pasiones. Lo siento por ellos.
Rosa Montero. elpaís.com

ACTIVIDAD
¿Leer o no leer? Escribe una redacción de 100 palabras como mínimo, con argumentos a favor o en contra de la lectura. Estructura el texto en introducción, desarrollo y una conclusión.